Acné

Acné

El acné es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, se caracteriza por la aparición de lesiones cutáneas como espinillas, puntos negros, pústulas, quistes y nódulos, principalmente en la cara, el cuello, el pecho, la espalda y los hombros. No es simplemente una cuestión estética, sino una condición médica que puede tener un impacto psicológico importante, generando baja autoestima, ansiedad y depresión en algunos individuos.

Síntomas

Comedones abiertos (puntos negros): Son folículos pilosos obstruidos por sebo y células muertas de la piel, que se oxidan al entrar en contacto con el aire, dando lugar a su color oscuro.

Comedones cerrados (puntos blancos): Son folículos pilosos obstruidos bajo la superficie de la piel, que aparecen como pequeñas protuberancias blancas o del color de la piel.

Pápulas: Son pequeñas protuberancias rojas e inflamadas en la piel.

Pústulas: Son pápulas con pus en la punta, indicando una infección bacteriana.

Nódulos: Son lesiones grandes, sólidas y dolorosas que se forman en las capas más profundas de la piel.

Quistes: Son lesiones grandes, dolorosas y llenas de pus que se forman debajo de la piel. Pueden ser muy inflamatorios y dejar cicatrices.

Causas

Producción excesiva de sebo: Las glándulas sebáceas producen sebo, una sustancia aceitosa que mantiene la piel hidratada. Sin embargo, una producción excesiva de sebo puede obstruir los folículos pilosos. La producción de sebo está influenciada por las hormonas, especialmente los andrógenos.

Obstrucción de los folículos pilosos: Las células muertas de la piel (queratinocitos) pueden acumularse en los folículos pilosos, bloqueando la salida del sebo. Este proceso se conoce como queratinización anormal.

Proliferación bacteriana: La bacteria Cutibacterium acnes (antes Propionibacterium acnes) vive en la piel y se alimenta del sebo.

Inflamación: La inflamación es una respuesta del sistema inmunitario a la presencia de bacterias y otros irritantes en los folículos pilosos obstruidos. La inflamación contribuye a la formación de pápulas, pústulas, nódulos y quistes.

Hormonas: Los andrógenos, hormonas masculinas presentes tanto en hombres como en mujeres, estimulan la producción de sebo. Los cambios hormonales durante la pubertad, el ciclo menstrual, el embarazo y la menopausia pueden desencadenar o empeorar el acné.

Genética: Existe una predisposición genética al acné.

Factores ambientales: El estrés, la exposición a la contaminación, ciertos cosméticos y medicamentos, pueden contribuir al acné.

Tipos

El acné se clasifica en diferentes tipos según la gravedad y el tipo de lesiones:

Acné comedónico: Se caracteriza por la presencia de comedones (puntos negros y puntos blancos). (El más leve)

Acné inflamatorio leve: Se caracteriza por la presencia de algunas pápulas y pústulas.

Acné inflamatorio moderado: Se caracteriza por la presencia de numerosas pápulas y pústulas, así como algunos nódulos.

Acné nódulo-quístico: Es la forma más grave de acné y se caracteriza por la presencia de numerosos nódulos y quistes, que pueden dejar cicatrices.

Acné fulminans: Es una forma rara y grave de acné que se caracteriza por la aparición repentina de lesiones inflamatorias severas, acompañadas de síntomas sistémicos como fiebre y dolor articular.

Diagnóstico

Este generalmente se basa en un examen físico de la piel realizado por un médico o dermatólogo, en algunos casos, se pueden realizar pruebas adicionales para descartar otras afecciones cutáneas o para identificar factores contribuyentes:

Cultivo de piel: Para identificar las bacterias presentes en las lesiones.

Análisis hormonal: Para evaluar los niveles de hormonas, especialmente en mujeres con acné resistente al tratamiento.

Tratamiento

Este depende de la gravedad del mismo y puede incluir medicamentos tópicos, medicamentos orales, procedimientos y cambios en el estilo de vida:

Medicamentos tópicos:

Retinoides: Derivados de la vitamina A que ayudan a destapar los poros y reducir la inflamación. (tretinoína, adapaleno, tazaroteno)

Peróxido de benzoilo: Antibacteriano que reduce la cantidad de Cutibacterium acnes.

Ácido salicílico: Exfoliante que ayuda a destapar los poros.

Antibióticos tópicos: Reducen la inflamación y eliminan las bacterias. Ejemplos: clindamicina, eritromicina.

Medicamentos orales:

Antibióticos orales: Se utilizan para tratar el acné inflamatorio moderado a severo. (tetraciclina, doxiciclina, minociclina)

Anticonceptivos orales: Pueden ser útiles para mujeres con acné relacionado con cambios hormonales.

Isotretinoína: Es un retinoide oral potente que se utiliza para tratar el acné nódulo-quístico severo. Tiene efectos secundarios significativos.

Procedimientos:

Exfoliaciones químicas: Utilizan ácidos para exfoliar la piel y destapar los poros.

Terapia con láser o luz: Reducen la inflamación y eliminan las bacterias.

Extracción de comedones: Un profesional de la salud puede extraer los comedones manualmente.

Cambios en el estilo de vida:

Lavar la cara suavemente dos veces al día con un limpiador suave.

Evitar frotar o tocar la cara.

Usar productos no comedogénicos (que no obstruyen los poros).

Mantener una dieta saludable.

Reducir el estrés.

Prevención

Mantener una buena higiene facial.

Evitar el uso de productos comedogénicos.

Controlar el estrés.

Seguir una dieta saludable.

Evitar tocarse la cara.

No exprimir las lesiones de acné.

Consultar a un dermatólogo para obtener un tratamiento adecuado.

Factores de riesgo

Edad: El acné es más común en adolescentes debido a los cambios hormonales.

Antecedentes familiares: Si tienes familiares con acné, es más probable que tú también lo desarrolles.

Hormonas: Los cambios hormonales pueden desencadenar o empeorar el acné.

Estrés: El estrés puede aumentar la producción de sebo y empeorar el acné.

Medicamentos: Algunos medicamentos, como los corticosteroides, pueden causar acné.

Cosméticos: Algunos cosméticos y productos para el cuidado de la piel pueden obstruir los poros y contribuir al acné.

Complicaciones

Cicatrices: El acné inflamatorio puede dejar cicatrices permanentes en la piel.

Hiperpigmentación postinflamatoria: Las lesiones de acné pueden dejar manchas oscuras en la piel.

Problemas emocionales: El acné puede afectar la autoestima y causar ansiedad o depresión.

Infección: Las lesiones de acné pueden infectarse si no se tratan adecuadamente.

Pronóstico

El acné generalmente mejora con el tiempo, pero puede persistir durante muchos años en algunas personas. El tratamiento puede ayudar a controlar los síntomas y prevenir complicaciones. Es importante consultar a un dermatólogo para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.

 

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