Amigdalitis
La amigdalitis consiste en la inflamación de las amígdalas palatinas, unas masas de tejido que tenemos en cada lado de la garganta. Estos tejidos acogen células que producen anticuerpos que el organismo humano utiliza para luchar contra las infecciones.
¿Qué causa la amigdalitis?
La mayoría de las veces, la amigdalitis es causada por un virus. Con menos frecuencia, es causada por la misma bacteria que causa la faringitis estreptocócica. En raras ocasiones, puede causarla un hongo o un parásito.
La amigdalitis se transmite a través del aire en pequeñas gotas cuando una persona infectada respira, tose o estornuda. En ese momento, usted podría infectarse después de inhalar esas pequeñas gotas o de que estas se depositen en la piel o en objetos que entran en contacto con la boca, la nariz o los ojos.
Síntomas de las anginas
Fácil identificación
Los síntomas de la amigdalitis son fácilmente identificables y se repiten en la mayoría de los casos.
– Inflamación de las amígdalas
– Fiebre
– Enrojecimiento de las amígdalas
– Dolor de garganta
– Dolor de cabeza
– Dificultad a la hora de tragar alimentos o bebidas
– Fatiga
– Cuello rígido
¿A quién afecta?
Toda la población está expuesta por igual a esta infección, independientemente de su ocupación o nivel socioeconómico, ya que se transmite fundamentalmente a través del aire, al toser, estornudar o simplemente hablar y el principal factor de riesgo es la cercanía a un paciente contagioso.
La amigdalitis es más frecuente en los meses de invierno y durante la infancia, dada la exposición frecuente de los niños a los gérmenes, sobre todo en etapa escolar, que fomentan su contagio y propagación.
¿Cómo se contagia la enfermedad?
Las bacterias estreptocócicas del grupo A pueden vivir en la nariz o en la garganta de cualquier persona, incluso encontrándose sana. Los virus y las bacterias que producen amigdalitis se propagan mediante el contacto con gotitas respiratorias provenientes de una persona infectada, que se producen al toser o estornudar. Si se comparte un vaso o un plato con una persona enferma también se puede enfermar. Su transmisión se ve favorecida por el hacinamiento y el contacto próximo entre niños, por ejemplo, en colegios y otras instituciones cerradas.
¿Cómo se diagnostica la amigdalitis?
Póngase en contacto con su médico si usted o su hijo tienen síntomas de amigdalitis. Su médico le preguntará acerca de los síntomas. Revisará sus oídos, nariz y garganta en busca de inflamación y signos de infección.
Su médico usará un hisopo para tomar una muestra de la parte posterior de su garganta. La muestra puede usarse para una prueba rápida de estreptococo o un cultivo de garganta. Ambas pruebas pueden mostrar si su infección es causada por un estreptococo u otra bacteria. Una prueba rápida de estreptococo solo demora unos minutos en mostrar los resultados. Un cultivo de garganta debe ser enviado a un laboratorio y demora 24 horas o más. Es más confiable que una prueba rápida de estreptococo, que puede dar un resultado falso negativo. El médico puede ordenar ambas pruebas para garantizar un diagnóstico.
En algunos casos, su médico puede hacer un análisis de sangre para determinar la causa. Por ejemplo, un análisis de sangre puede verificar si se trata de mononucleosis.
¿Cómo se trata la amigdalitis?
Si tu médico te receta antibióticos, asegúrate de seguir cuidadosamente sus indicaciones. Termina de tomar todo el medicamento, aunque los síntomas desaparezcan y te sientas mejor. De lo contrario, la infección podría volver a aparecer.
Si el resultado del análisis de estreptococo es negativo, probablemente la amigdalitis se deba a un virus y los antibióticos no serán de ayuda. Al igual que con un resfriado (también causado por un virus), tendrás que esperar varios días y dejar que el virus cumpla su ciclo.
En contadas ocasiones, si una persona tiene muchas amigdalitis, el médico o un otorrinolaringólogo (un médico que se especializa en problemas de oído, nariz y garganta) pueden recomendar una amigdalectomía. Se trata de una cirugía para extirpar las amígdalas. La amigdalectomía solía ser un procedimiento frecuente, pero ahora los expertos recomiendan observar y esperar porque las amígdalas grandes con frecuencia se encojen por sí solas con el transcurso del tiempo.
Complicaciones
La inflamación o la hinchazón de las amígdalas debidas a la amigdalitis frecuente o continua (crónica) puede causar complicaciones tales como:
Interrupción de la respiración durante el sueño (apnea obstructiva del sueño)
Infección que se propaga profundamente a los tejidos circundantes (celulitis amigdalina)
Infección que produce una acumulación de pus detrás de una amígdala (absceso periamigdalino)
Infección por estreptococo
Si la amigdalitis causada por el estreptococo del grupo A u otra cepa de la bacteria estreptocócica no se trata, o si no se completa el tratamiento con antibióticos, tu hijo tiene un mayor riesgo de sufrir trastornos poco frecuentes como:
Fiebre reumática, una enfermedad inflamatoria grave que puede afectar al corazón, las articulaciones, el sistema nervioso y la piel
Complicaciones de la escarlatina, una infección estreptocócica caracterizada por una erupción prominente
Inflamación de los riñones (glomerulonefritis posestreptocócica)
Artritis reactiva posestreptocócica, una enfermedad que causa inflamación en las articulaciones
Prevención
Para evitar la transmisión de los virus y bacterias que causan la amigdalitis se deben tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
Lavarse las manos con frecuencia, sobre todo después de ir al baño y antes de comer.
Evitar compartir alimentos, vasos y otros utensilios.
Mantenerse alejado de personas que puedan estar infectadas, sobre todo cuando estornuden o tosan.
Procurar estornudar y toser en el codo.
Usar pañuelos de papel desechables.
Ventilar los lugares donde conviven muchas personas (escuelas, locales de ocio…).
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