Osteomielitis

Osteomielitis

La osteomielitis es una infección súbita o de larga data del hueso o médula ósea, normalmente causada por una bacteria piógena o micobacteria y hongos. Los factores de riesgo son trauma reciente, diabetes, hemodiálisis y drogadicción intravenosa.

Causas

La mayoría de los casos de osteomielitis son producto de estafilococos, tipos de gérmenes que se encuentran comúnmente en la piel o en la nariz de las personas sanas.

Los gérmenes pueden entrar en un hueso de varias maneras, incluidas las siguientes:

El torrente sanguíneo. Los gérmenes en otras partes del cuerpo, por ejemplo, en los pulmones por neumonía o en la vejiga por una infección del tracto urinario pueden viajar a través del torrente sanguíneo a un punto debilitado de un hueso.

Lesiones. Las heridas punzantes graves pueden llevar gérmenes a lo profundo del cuerpo. Si la lesión se infecta, los gérmenes se pueden diseminar a un hueso cercano. Los gérmenes también pueden entrar al cuerpo si se fracturó un hueso tan gravemente que parte de este sobresale a través de la piel.

Cirugía. La contaminación directa con gérmenes puede ocurrir durante las cirugías para reemplazar articulaciones o corregir fracturas.

 

Diagnóstico

Análisis de sangre

Pruebas de diagnóstico por la imagen, como radiografía, tomografía computarizada (TC), resonancia magnética nuclear (RMN), gammagrafía ósea o gammagrafía con glóbulos blancos marcados

Los síntomas y los hallazgos detectados por el médico en la exploración física pueden ser indicativos de osteomielitis. Por ejemplo, el médico puede sospechar osteomielitis en una persona que presenta dolor persistente en una parte de un hueso, que presenta o no fiebre y que se siente cansada la mayor parte del tiempo.

Si se sospecha osteomielitis se realiza un análisis de sangre para la inflamación mediante la medición de uno de los parámetros siguientes:

La velocidad de sedimentación globular (VSG, una prueba que mide la velocidad con la que se depositan los glóbulos rojos en el fondo de un tubo de ensayo que contiene sangre)

La concentración de proteína C-reactiva (una proteína que circula por la sangre y cuya concentración aumenta radicalmente cuando hay inflamación)

Suele haber inflamación si la VSG y el nivel de proteína C-reactiva son más altos de lo normal. Además, los análisis de sangre suelen indicar niveles elevados de glóbulos blancos (leucocitos). Los resultados de estos análisis de sangre no son suficientes para establecer el diagnóstico de osteomielitis. Sin embargo, los resultados que muestran poca o ninguna inflamación pueden sugerir que una persona no sufre osteomielitis.

En las radiografías se observan cambios característicos de osteomielitis aunque a veces no son evidentes hasta entre 2 y 4 semanas después de la aparición de los primeros síntomas.

Si los resultados de las radiografías no son claros o si los síntomas son graves, se realiza una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética nuclear (RMN). La TC y la RMN permiten identificar las zonas o articulaciones infectadas y detectar infecciones cercanas, como abscesos.

También se puede realizar una gammagrafía ósea (Imagen del hueso obtenida tras inyectar una sustancia denominada tecnecio radiactivo). El área infectada casi siempre aparece anormal en las gammagrafías óseas, excepto en los niños pequeños, ya que las anomalías en los huesos en crecimiento detectadas a través de esta prueba no son fiables. Sin embargo, las gammagrafías óseas no siempre pueden distinguir las infecciones de otros trastornos óseos. Las gammagrafías con glóbulos blancos marcados (imágenes obtenidas después de inyectar en una vena glóbulos blancos marcados con indio radiactivo) ayudan a distinguir entre infección y otros trastornos en zonas que aparecen anormales en las gammagrafías óseas.

Para diagnosticar una infección ósea e identificar el microorganismo que la produce, los médicos toman muestras de sangre, pus, líquido sinovial o hueso para analizarlas. Por lo general, para la detección de osteomielitis vertebral, se extraen muestras de tejido óseo con una aguja o durante una intervención quirúrgica.

 

¿Cuál es el tratamiento para la osteomielitis?

El tratamiento consiste principalmente en combatir la infección mediante el uso de antibióticos. Por lo general, los antibióticos se administran por vía intravenosa, por lo que es probable que debas permanecer en el hospital hasta que puedas tomar medicamentos antibióticos. Si presentas un absceso en el hueso o si la infección está presionando contra otra cosa, se puede optar por la cirugía. También es posible que necesites cirugía si el hueso se ha dañado y necesita ser eliminado, o si los antibióticos no han producido ningún efecto contra la infección.

¿Se puede prevenir la osteomielitis?

La manera más fácil de prevenir la osteomielitis consiste en mantener la piel bien limpia. Todos los cortes y heridas, sobre todo las heridas profundas, se deben limpiar a conciencia. Lava las heridas con agua y jabón, manteniéndolas bajo del agua corriente durante por lo menos cinco minutos seguidos para enjuagarlas bien y eliminar cualquier resto de suciedad.

Para mantener la herida limpia después de lavarla, cúbrela con una gasa estéril o un paño limpio. Te puedes aplicar en la herida una crema antibiótica de venta sin receta médica, pero lo más importante es que la mantengas bien limpia. Las heridas deben empezar a cicatrizar en las primeras 24 horas y curarse por completo en un plazo de una semana.

 

Complicaciones

Las complicaciones de la osteomielitis son las siguientes:

Muerte ósea (osteonecrosis). Una infección ósea puede impedir la circulación de sangre dentro del hueso, lo que ocasiona la muerte del hueso. Es necesario extirpar mediante cirugía las partes óseas que han muerto para que los antibióticos sean efectivos.

Artritis séptica. En ocasiones, la infección en los huesos se puede extender a las articulaciones cercanas.

Crecimiento deficiente. Si la osteomielitis se presenta en las partes blandas, llamadas placas de crecimiento, en cualquiera de los extremos de los huesos largos de los brazos o las piernas, es posible que se vea afectado el crecimiento normal de los huesos y las articulaciones de los niños.

Cáncer de piel. Si la osteomielitis ha producido una llaga abierta que segrega pus, existen altas probabilidades de que la piel circundante presente cáncer de células escamosas.

 

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