Osteoporosis
La osteoporosis es el tipo más común de enfermedad de los huesos. Aparece cuando el cuerpo descompone más tejido óseo del que puede reponer. Como resultado, los huesos se vuelven débiles y frágiles, con lo que es más probable que se fracturen o quiebren.
Causas
Los huesos se encuentran en un estado constante de renovación: se desarrollan huesos nuevos y se descomponen los huesos viejos. Cuando eres joven, el desarrollo de huesos nuevos es más veloz que la descomposición en el cuerpo, por lo que la masa ósea aumenta. Después de los 20 años, este proceso se ralentiza y la mayoría de las personas alcanzan su masa ósea máxima a la edad de 30. A medida que las personas envejecen, la masa ósea se pierde más rápido de lo que se crea.
La probabilidad de desarrollar osteoporosis depende en parte de cuánta masa ósea obtuviste en tu juventud. La masa ósea máxima es en parte hereditaria y también varía según el grupo étnico. Cuanto mayor sea la densidad ósea máxima que adquieras, más tejido óseo tendrás “en la reserva” y menor será la probabilidad de padecer osteoporosis cuando envejezcas.
Síntomas
Durante años se ha conocido a la osteoporosis como la “epidemia silenciosa” debido a que esta patología no produce síntomas, aunque el dolor aparece cuando surge la fractura.
Los especialistas señalan que algunas fracturas vertebrales pueden pasar desapercibidas puesto que no se producen síntomas. En estos casos se pierde la oportunidad de frenar la pérdida de masa ósea y reducir el riesgo de nuevas fracturas.
Las fracturas más comunes en la osteoporosis son las del fémur proximal, húmero, vértebras y antebrazo distal (muñeca).
Fractura vertebral
Fractura de cadera
Fractura de antebrazo distal
Exámenes médicos para diagnosticar la osteoporosis
El examen DEXA o DXA es una prueba efectiva para medir la densidad mineral ósea usando rayos X de baja intensidad. Es indoloro, sencillo e implica una cantidad mínima de radiación— de hecho, el operador se sienta en la misma habitación que el paciente. Después de realizar la exploración, los resultados se comparan con los de una persona joven y sana, y si la diferencia en la densidad ósea es evidente, ahí es cuando se puede hacer un diagnóstico de osteoporosis.
Tratamiento
Como medidas generales, se debe seguir una dieta rica en calcio y baja en proteínas, la abstención de tóxicos como el tabaco y el alcohol, y el ejercicio físico habitual.
Cuando la dieta no garantiza una cantidad adecuada de calcio, deben administrarse suplementos. En muchas ocasiones se asocia la administración de vitamina D, ya que facilita la absorción y utilización del calcio.
Como tratamiento y prevención se utilizan fármacos que disminuyen la reabsorción de hueso. Los estrógenos, y también los moduladores selectivos de los receptores estrogénicos como el raloxifeno, se utilizan en la osteoporosis postmenopáusica, solos o asociados a alguno de los anteriores.
Recientemente se ha introducido en el tratamiento un análogo de la hormona paratiroidea cuya acción es también el estímulo de la formación de hueso, y que está indicado en el tratamiento de la osteoporosis postmenopáusica.
Prevención
Existe una pérdida natural de masa ósea, a partir del momento en que se adquiere el valor pico, que suele ser lenta y dura el resto de la vida. La mujer ha sido peor tratada por la naturaleza en lo que respecta al metabolismo óseo. En primer lugar, su pico de masa ósea suele ser inferior al del varón. Además, cuando llega la menopausia, al cesar la producción de hormonas sexuales femeninas por el ovario, algunas mujeres (no todas) pueden sufrir una pérdida más acelerada y rápida de hueso, que puede llegar a producir la osteoporosis posmenopáusica.
La otra forma frecuente de osteoporosis se produce en los ancianos. Ésta es la consecuencia del envejecimiento y de una alteración en el metabolismo de la vitamina D que puede aparecer a estas edades.
Además de la osteoporosis de la menopausia y la del anciano, existen otras causas menos frecuentes de esta enfermedad que se presentan como consecuencia de algunos tóxicos (alcohol o tabaco), medicamentos (cortisona y sus derivados), enfermedades endocrinas, enfermedades reumáticas inflamatorias, enfermedades de la sangre o enfermedades del hígado.
No podemos cambiar los años que tenemos o que las menstruaciones desaparezcan en la mujer. Si podemos evitar tomar fármacos como los glucocorticoides que favorecen la destrucción de masa ósea, de igual manera debemos realizar actividad física moderada de forma regular, realizar una dieta que contenga cantidad suficiente de lacteos, y al menos una mínima exposición a los rayos del sol para que se active nuestra vitamina D, cosa que en nuestro país no suele ser un problema.
La osteoporosis no da síntomas hasta que la pérdida de hueso es tan importante como para que aparezcan fracturas, y esto habitualmente ocurre muchos años después de la menopausia.
Complicaciones
Las fracturas óseas, particularmente en la columna vertebral o la cadera, son las complicaciones más graves de la osteoporosis. Las fracturas de cadera a menudo son causadas por una caída y pueden derivar en una discapacidad e incluso un mayor riesgo de muerte dentro del primer año después de la lesión.
En algunos casos, las fracturas de la columna vertebral pueden ocurrir aunque no te hayas caído. Los huesos que componen la columna vertebral (vértebras) pueden debilitarse hasta el punto de contraerse, lo cual puede ocasionar dolor de espalda, pérdida de estatura y una postura encorvada hacia adelante.
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